Noelia
Mejías Cuenca. La Navidad en el seno de la Agrupación Musical Nuestra Señora
del Juncal ha dejado a todos sus componentes con muchas ganas de vivir
nuevamente los momentos que han marcado la época. Y es que, la formación
musical disfrutó con cada actuación en la que repartió ilusión y alegría en
diversas citas navideñas celebradas en distintos puntos de la ciudad.
El
recorrido navideño de la agrupación comenzó el pasado sábado 4 de enero en el
barrio de Sevilla Este. Como antesala a la noche mágica de Reyes, la formación
tuvo ocasión por segundo año consecutivo de participar en el Cartero Real que,
organizado por el Distrito Este-Alcosa-Torreblanca en colaboración con los
comerciantes locales, recorrió las calles del barrio para que niños, padres y
abuelos sintieran que los magos de Oriente venían en camino.
Antes
de que sus Majestades salieran a las calles, la formación, ataviada con sus
trajes de beduinos, realizó un pasacalles para avisar a los vecinos de lo que
ocurriría pocos minutos más tarde. Por este motivo, sonaron, entre otros
temas, Feliz Navidad, Jingle Bells y De tus niños de 20
años, un popurrí homenaje a Miliki.
Los
vecinos acudieron a la llamada para esperar a Melchor, Gaspar y Baltasar y los
rincones del barrio empezaron a llenarse de pequeños que, al principio,
lloraban al ver tanto colorido y alboroto y, al final, acababan riendo junto a
sus padres. Sus Majestades pasearon por las calles Cueva del Gato y Cueva de la
Pileta hasta llegar a la zona de locales comerciales donde éstos hicieron una
parada para recoger las cartas de los pequeños, mientras la agrupación se
despedía interpretando uno de sus temas del repertorio.
Sin
casi tiempo de saborear la experiencia vivida en Sevilla Este, poco antes de
las cuatro de la tarde, llegaban a las inmediaciones de la Iglesia de San
Isidoro el séquito de beduinos del Juncal que acompañarían al Cartero Real de
la Hermandad del Rocío de Sevilla.
En
una tarde gris, que casi quedó deslucida por la lluvia, la formación interpretó
su música por distintos puntos del centro de Sevilla que se encontraba lleno de
transeúntes apurando los últimos días que dejaba la Navidad. La Encarnación,
las calles Córdoba y Puente Pellón fueron algunas por las que el cortejo de
beduinos del Juncal interpretó sus melodías. La formación musical también
amenizó la tarde a los numerosos ciudadanos que poblaron la popular Plaza del
Salvador, donde la cantidad de personas allí presentes dificultó el paso de todo
el cortejo que acompañaba al Cartero Real de la Hermandad del Rocío de Sevilla.
A
pesar de la diversión, lo mejor aún quedaba por llegar, pues el pasado 5 de
enero la Agrupación Musical del Juncal era la encargada de abrir el cortejo de
carrozas que conformaban la Cabalgata organizada por la Asociación Cultural
Nuevo Ateneo de Camas. Tiras, bolas de navidad y algún que otro objeto de
decoración acompañaban a los instrumentos y a las vestimentas de beduino de los
músicos.
Los
componentes tuvieron ocasión, además de interpretar múltiples temas, de
disfrutar junto al público que esperaba el paso del séquito que acompañaban a
los magos de Oriente. Por ello, no era extraño ver a músicos bailando y
transmitiendo esa magia que sólo se siente en la noche del cinco de
enero. ¡Qué viva España!, Ay se eu te pego, El caballo camina
palante, con coreografía incluida, y Ya vienen Los Reyes Magos fueron
algunas de las piezas que sonaron en este municipio sevillano.
Desde
las 17:00 hasta las 21:30 aproximadamente, la formación musical recorrió calles
como Odiel, Antonio Machado y Jesús del Gran Poder, entre otras. El ritmo que
llevaba la batería de la agrupación sólo se interrumpió en un punto del
itinerario, cuando en un balcón lleno de globos los vecinos tenían preparado un
gran equipo de sonido. A petición de esos vecinos, la música paró para que,
desde los altavoces del balcón, sonara la canción con la que se popularizó
Melody como cantante, El baile del gorila. Al son de este tema, todos los
componentes de la banda y parte del público cantaron e hicieron la coreografía
del mismo. Tras esta anécdota, los sones siguieron con su ruta por este
municipio sevillano hasta finalizar en la Plaza de la Constitución.
El
día 6 de enero amaneció lleno de regalos e ilusión en los hogares de cada
componente de la agrupación. Una ilusión que ellos mismos devolverían por la
tarde en la Cabalgata del barrio de Triana, donde participaban por segundo año
consecutivo. Los jóvenes siguieron el mismo ritual que en jornadas anteriores:
llegaron ataviados con la vestimenta de beduino (en esta ocasión a la Plaza de
San Gonzalo, lugar de encuentro) se pintaron la cara y decoraron sus
instrumentos de la manera más navideña posible. La voz de algunos componentes
comenzaba a fallar, pero no lo hacían las fuerzas y ganas que estos músicos
ponen en cada actuación.
La
formación tuvo la oportunidad de acompañar este año al mismísimo rey Baltasar y
delante de éste partieron desde la Avenida de Coria, en concreto desde el asilo
de la Fundación Carrere donde algunos abuelitos pudieron ver en primera línea
la salida de las carrozas de este año. Este grupo de músicos tenía preparada
una sorpresa para el barrio con la novedad de la incorporación en su repertorio
de Me gusta a mí Triana. El tema, que sonó varias veces durante la
tarde-noche, no sólo es interpretado instrumentalmente por los componentes de
la formación, sino que son éstos mismos los que en mitad de la interpretación
cantan parte de la letra de la canción. Por ello, gran parte del público se
animó a cantar junto a los beduinos del Juncal. No fue el único momento donde
los espectadores se sintieron como un miembro más de la banda, ya que los
escoltas de la formación sacaron a bailar a varios asistentes a la cabalgata.
La calle Castilla, Callao y San Jacinto fueron algunos de los lugares que
disfrutaron con los sones de esta agrupación. Daba igual la pieza que sonara,
lo importante era pasarlo bien y poner el broche final a la segunda Navidad de
una agrupación que empezó con no más de 15 corazones y ahora conquista a muchos
más.
Fotos: Javier Cantos Lozano