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lunes, 22 de abril de 2013

El empuje y el saber de las cofradías hace excepcional la cita mariana. Diario de Jerez

Francisco Abuín. El Vía Lucis fue un éxito. Fue así por muchos factores positivos que concurrieron en un sábado de abril para la historia gracias a la capacidad de organización que desplegó la Unión de Hermandades para desarrollar un acto tan complejo y con tantas 'puntadas' como el de ayer. También, y sobre todo, gracias al enorme esfuerzo realizado por las hermandades y otras entidades para hacer posible lo que se vio en las calles, dejando de lado el mínimo esfuerzo o el simple planteamiento de cumplir, para dar lo máximo y dotar de belleza, originalidad y de estilo la presencia en las calles de sus imágenes titulares o de aquellas que se comprometieron sacar, siendo lo más fieles posible a su propia identidad pero al mismo tiempo adaptándose a las exigencias del guión, pese a que éste no llegó a encajar al ciento por ciento en el gusto cofrade.
Otro factor positivo fue el público, que se volcó con esta cita desde que por la mañana se diera el banderazo de salida con la apertura de los besamanos extraordinarios. Jerezanos y jerezanas disfrutaron e hicieron 'patria cofrade' ante los visitantes, muchísimos menos en función de las previsiones, que optaron por acercarse a Jerez y disfrutar de unas horas de cofradías en las calles, frente a otras opciones. Pinchazo estrepitoso en la ocupación de palcos y sillas. Usando el símil taurino, menos de media entrada, algo que va en detrimento de lo que recibirán las hermandades participantes para amortizar costes.
Fue un evento atípico en su configuración si se toma como referencia la ortodoxia cofrade. Desde el primer momento se descartaron los pasos de palio, quién sabe si pensando en 2014 en una magna de palios el Sábado Santo por los 750 años de la conquista cristiana de Jerez. Se priorizaron o impusieron esas otras formas vistas ayer bajo la denominación de Via Lucis Mariano, que se divide en catorce encuentros o estaciones relacionados con otros tantos momentos de la vida de la Virgen. Afortunadamente no se fue más allá en poner más cortapisas al despliegue de las hermandades en cuanto a las formas.
Hubo música y ambiente por todo lo alto con repertorios ajustados y sin 'desmelenarse', aprovechando la ocasión para disfrutar. Buena calidad en las formaciones de forma general, las cuales no defraudaron ni mucho menos. Por destacar algunas, las dos de Rota, Nazareno y Municipal; El Carmen de Salteras, genial, con calidad y con muchísimo oficio; la municipal de El Puerto y la de Agripino Lozano de San Fernando. Asimismo, Caridad y Amor estuvo muy al nivel notándose una clara ascendencia.
Gran enhorabuena a los vestidores que lo dieron todo para marcar las diferencias. Paso por paso, todo fue diferente como Las Angustias, una hermandad que pese a llevar banda eligió un repertorio muy jerezano y serio. Fue una de las grandes de la tarde en su paso con los faroles del Nazareno, decorado con rosas blancas, sin la cruz y vestida de forma diferente pero sin desentonar con el estilo que se cultiva por el Humilladero. La hermandad de Loreto se rebuscó más en sus formas para prescindir de la música de banda por la de una formación coral, vestida también para la ocasión con un manto de camarín del Desconsuelo y una corona de La Esperanza, evocando dos eventos marianos: los 300 años de la Dolorosa de Los Judíos y la coronación canónica de la titular de la cofradía de Las Plazuela. La Clemencia no escatimó nada en la primera salida de Salud y Esperanza, donde muchos pudieron descubrir esta imagen de gran belleza y realización. De hecho, para celebrar el acontecimiento de la 'opera prima' en la calle, vino el imaginero que la creó, Salvador Madroñal. Preciosa y muy elegante sobre la composición creada con la mesa del futuro palio, con partes del misterio de La Clemencia, todo traducido en un conjunto armonioso de buen gusto cofrade, sin dejar de lado lo bien que sonó la banda del Carmen de Salteras desde Asunción en adelante, como cabía esperar.
La Virgen de la Luz fue en el paso del Resucitado, rodeada de flor banca y reivindicándose en la calle como un futuro que debería estar muy próximo en las intenciones de la hermandad. Siguiendo con la letanía mariana de ayer, El Buen Suceso, imagen desconocida para la mayoría, nos redescubrió una talla de enorme valor artístico que al mismo tiempo encierra una parte importante de la devoción histórica de Jerez a la Virgen, aunque Las Cinco Llagas, encargada de sacarla, podría haber usado su paso de misterio en vez de pedir prestado en El Puerto el que sacó ayer. En él la imagen no quedaba precisamente proporcionada en altura además del excesivo vacío delante y detrás de la Virgen. La Virgen de Consolación, empequeñecida en el grandioso paso del Rosario, volvió a dejar Santo Domingo en las muy escasas ocasiones que lo ha hecho, ayer de la mano del Colegio de Abogados, sobre el que ejerce su patrocinio, gracias al trabajo de letrados que unen su condición cofrade y cuyo transcurrir dejó la singular estampa de ver un cortejo formado por colegiados con sus togas en torno a una advocación legendaria. No se le quiso colocar corona ni manto para exponerla tal y como es.
Y más hitos estéticos, el misterio de la Adoración de los Reyes Magos sobre el paso del Descendimiento. Absolutamente espectacular el resultado final de muchas horas de trabajo de la mayordomía de La Soledad y los belenistas para componer un conjunto soberbio, armónico y muy medido, pese a los recelos que a priori despertaba poner en la calle y en las andas de Guzmán Bejerano-Ortega Bru, imágenes jamás han salido de la basílica carmelita. Más estampas únicas, El Dulce Nombre, cuya vestimenta nos regaló una visión diferente de la dolorosa de la Buena Muerte, sobre el paso del Prendimiento en el complicado objetivo de recrear la presentación de Jesús en el Templo. La Paz y Concordia nos evidenció una vez más el equilibrio estético en su paso de gloria, ya habitual en otras ocasiones como en su presencia en el Corpus, pero ayer con las históricas caídas de orfebrería de Seco Imbert restauradas.
El sello juvenil y colegial fue inherente a María Auxiliadora y Rosario, que no variaron sus formas y guión de costumbre. Los Remedios fue también impresionante en una disposición absolutamente novedosa y lograda, retomándose la visión de la Virgen sola que se perdió desde que su palio desapareció. Subrayar el detalle de lo bien que le sentaba el manto y saya de salida del Desamparo. La Virgen del Carmen fue el hermoso epílogo de la secuencia mariana que ayer disfrutó la ciudad, excepcionalmente fuera de su 16 de julio con el detalle del Niño Jesús vestido de blanco. Mucho más se podría ahondar en la multitud de detalles que adornaron el núcleo principal del Via Lucis, los catorce pasos y las catorce imágenes que lo protagonizaron.
El tiempo fue excelente. El calor de días atrás se redujo por una mañana, tarde y noche agradables. Habrá que tomar nota del fracaso de montar palcos y sillas que sólo tuvo una ocupación aceptable en determinadas zonas. Más hubiera valido no vender la piel del oso antes de cazarlo. Aventurar pronósticos de público es complejo y más cuando la 'oferta' de ayer se salía por completo de la costumbre de las magnas cofrades e inclinarse por la otra opción que se puso en práctica, estuvo, sin duda alguna, más acorde con el tiempo litúrgico pero con mucho menos poder de atracción para cofrades de aquí y de allá, que son, al fin y al cabo, los que llenan las plazas. La evaluación tiene que ser positiva y con objetivos cumplidos. Éxito que no puede dejar de serlo por una medición del público que al final eligió Jerez para echar el sábado.
Foto: José Antonio Ballesteros