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lunes, 7 de julio de 2008

Opinión. Gran Poder

Francisco Trigo. Un sábado 9 de mayo de 1620 el maestro sevillano Juan de Mesa puso rostro al Señor de la ciudad de Sevilla. Era un sábado de pascua florecida, en el barrio de San Martín, cuando los oficiales de la cofradía del traspaso, se presentaron muy de temprano en el taller de tan prestigioso escultor, para trasladar la imagen del Nazareno con la cruz a cuestas hasta la Capilla del Convento del Valle. El 1 de octubre de 1620, Juan de Mesa firmó el documento en el que hacía constar el finiquito del cobro de la hechura de Jesús del Gran Poder, que consistía en dos mil reales de 34 maravedíes. En dicho documento se hace constar la estatura que debería tener dicha imagen del Nazareno (10 cuartas y media) y la madera de cedro y pino de segura que se debería utilizar en dicha obra de arte.A lo largo de la historia esta imagen de maese Juan de Mesa es restaurada en 1910 por José Ordóñez. También en 1962 Castillo Lastrucci hace una recomposición puntual. En 1977 los hermanos del Gran Poder optan por la peor opción, y confían la restauración del Señor a Francisco Peláez del Espino. Y en 2006 los hermanos Cruz Solís intervinieron al señor de Sevilla en una media limpieza de los pies en los que se ha respetado el desgaste del tiempo. Después de dos años, después de aquella restauración realizada en un improvisado habitáculo instalado en la Basílica del Gran Poder se puede observar, que la limpieza llevada a cabo por los Cruz Solís en el rostro podría haber sido más profunda, pero no pondríamos en duda que tal restauración llevada a cabo en verano de 2006 fue una restauración provechosa para la faz de Sevilla.
Foto: Diego Benítez