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viernes, 21 de marzo de 2014

Cantillana recupera la ceremonia del Descendimiento

Armonía Cofrade Blog. Después de doscientos años sin realizarse, la Hermandad de la Soledad volverá a celebrar este antiguo rito que se remonta a los orígenes de la cofradía.
Con motivo de la importante restauración a la que ha sido sometida la imagen del Cristo yacente de la Hermandad de Ntra. Sra. de la Soledad (Patrona de Cantillana), se va a volver a celebrar el ancestral rito del Descendimiento con la imagen articulada del Santo Cristo. Será el próximo 30 de marzo dentro de los actos y cultos organizados para reponer al culto la sagrada imagen tras la compleja restauración efectuada.
La propia restauración del Cristo y la recuperación de esta ceremonia se puede calificar como uno de los hitos más importantes de la historia reciente de la hermandad, y marcará la cuaresma cantillanera como la más importante recuperación histórica de los últimos años.
La ceremonia, función o Sermón del Descendimiento hunde sus raíces en el siglo XVI. Cuando se encarga la imagen del Cristo yacente (se conserva el contrato con el pintor-imaginero Juan de Santamaría, en 1583) se especifica que tenga los brazos articulados para esta ceremonia, por lo que el rito es consustancial a la propia imagen creada para esta función específica. Durante los siglo XVII y XVIII hay numerosas referencias al mismo en las cuales se manifiesta el interés que suscitaba entre el pueblo en general, dada la devoción que se le tenía al Señor yacente y por la propia cofradía que para predicar el sermón contaba con los más ilustres oradores sagrados del momento. Tras la orden del cardenal Niño de Guevara de prohibir en toda la Archidiócesis estas ceremonias, en Cantillana siguió vigente dando prueba de la tradición que tenía.
Con la recuperación del sermón del descendimiento, Cantillana rescatará uno de los ritos originales de su Semana Santa, pues ya se practicaba en el siglo XVI cuando se funda la Cofradía de la Soledad, la más antigua, hoy, de las hermandades de penitencia de la localidad. Supone por tanto un acontecimiento histórico pues se recuperan así orígenes y fundamentos de la propia celebración y del patrimonio devocional y artístico de los cantillaneros.