Diego Benítez. La inclemencia meteorológica no presagiaba lo mejor en la tarde del Lunes Santo. Después de una larga espera, el Hermano Mayor de la Hermandad de la Redención, José Antonio Moncayo, anunciaba a las 17:00 horas que se iba a realizar la estación de penitencia. Poco después salía el cortejo mientras aún chispeaba en la Plaza de Santiago.
Cuando la cofradía se encontraba en el comienzo de la carrera oficial, la lluvia se hizo presente, obligando a refugiarse en la Iglesia de la Anunciación. La Junta de Gobierno decidía volver a su templo esa misma noche y a toque de tambor.
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